Y vino el cambio...
Al
contrario que muchas otras marcas, Olympus nunca ha dejado claro a
sus usuarios una hoja de ruta clara y precisa. Mientras en otras
marcas siempre se ha sabido que detrás o delante de una “D”
siempre habría un producto de continuidad en Olympus casi nunca ha
sido así (aunque también hemos tenido claro desde siempre que la
marca daría continuidad a su material anterior en los nuevos
productos). De hecho, y llegados al pasado inmediato la marca cesó
su producción de cuerpos de la serie “E” excepto (supuestamente)
la profesional E-5 y se adentró en las cámaras “sin espejo”
sobre las cuales versará esta segunda parte de mi post.
Basada en el estandar que
dieron en llamar m4/3 (Micro cuatro tercios) y el nombre de la mítica
Olympus Pen comenzó a comercializarse un nuevo tipo de cámaras
dotadas de los mismos avances que sus hermanas “reflex” pero con
la salvedad de no contar con espejo ni con obturador mecánico. En
principio todo ventajas, pues se suprimían los elementos mecánicos
mas susceptibles de tener averías... pero también tenían un
handycap... las primeras m4/3 de Olympus no disponían de un visor a
la altura del ojo... y había que componer desde la pantalla trasera
como si de una “vulgar” compacta se tratase...
Pronto este tema del
visor fue solucionado... para todos los modelos de Olympus “pen”
se lanzó un accesorio... un visor electrónico cada vez de mayor
calidad que hacía posible utilizar las cámaras bien con la pantalla
trasera o bien de forma tradicional. En el caso de la primera, la
E-P1 el visor era óptico y solo válido para dos focales si bien sus
hermanas “lite” si disponían ya de visor electrónico.
No quiero seguir adelante
sin opinar sobre el nombre dado al sistema... micro cuatro tercios...
a mi personalmente no me gusta nada... y no creo que sea el mejor
nombre comercial que se le hubiese podido poner... y digo esto en
base a que el sistema realmente es el mismo que el 4/3 en su
filosofía... y la “m” de micro es debida al tamaño menor de los
cuerpos, no del sensor... cosa que a priori y para una persona no
puesta en el tema puede inducir a engaño...
Los sensores que
equipaban estas primeras “mirroless” eran producidos por
Panasonic... o sea... mas de lo mismo que en el 4/3 tradicional...
Si bien se iba
notando una mejoría en cuanto a rango dinámico y un nivel cada vez
mas alto y aceptable de ruido en isos altos, los sensores de última
generación nunca estaban al alcance de Olympus si no que era
Panasonic quien los ofrecía en sus equipos altos de gama. Mientras,
cada vez mejores y mas potentes procesadores de la serie True Pic se
encargaban de exprimir al máximo el rendimiento de los mismos...
pero un dia... amaneció para Olympus...
Y nació la OM-D
E-M5...
Tras muchas dudas, muchas
filtraciones y mucha impaciencia Olympus presentó la que hasta
entonces era la cámara más avanzada de las “sin espejo”... Si
las primeras hacían referencia a las “Pen” ésta no se quedaba
atrás... recibía el nombre de “OM”, heredado de una serie de
cámaras de leyenda por sus avances y calidad aún hoy no igualada en
muchos aspectos incluso electrónicos...
Muchos eran los cambios
en diseño, era una nueva filosofía de cámaras bien distinta a la
linea Pen... pero lo mas importante era su interior y de ese interior
tres cosas... su visor, su sistema de estabilización y su sensor...
El visor: Dotado de una
resolución de casi 1,500,000 puntos y un refresco magnifico,
cobertura del 100% y una magnificación a la altura de una cámara
“doble frame” hacían de él un elemento perfecto. En él puedes
ver “la foto” antes de disparar pues las altas luces, las
sombras, el histograma en vivo, el balance de blancos... ¡todo! En
el ves todo en tiempo real... Una verdadera delicia una vez que te
acostumbras a él hasta el punto de no querer usar mas uno óptico.
El estabilizador: Si ya
en el sistema 4/3 tradicional y en las Olympus Pen el sistema
estabilizador con el que se producían estas cámaras era
impresionante, en la OM-D cobra un nuevo valor... el nuevo sistema de
5 ejes proporciona una estabilización inimaginable permitiendo
disparar con focales de 150mm. A menos de 1/10s. Sin trepidación en
la mayoría de las fotos... simplemente alucinante... y por supuesto,
como en el anterior, capaz de estabilizar cualquier objetivo que se
le acople a la cámara ya sea este original o no, AF o manual...
El Sensor: A partir de
aquí amanece para Olympus. Por primera vez en la historia Olympus
monta en una de sus cámaras un sensor Sony con tecnología punta.
Ello se hace notar mucho mas que sensiblemente en el rango dinámico,
en el ruido... por primera vez una cámara m4/3 consigue igualar (y
hasta mejorar) en los test mas exigentes a las cámaras mas modernas
y punteras del formato APS-C... y de alguna que otra FX...
Y todo ello en un cuerpo
compacto, fabricado bajo estándares de primera calidad, sellado al
agua y polvo y con un sin fin de avances tecnológicos a la altura de
cámaras “pro” de primerísimo nivel hasta el punto de lograr el
AF mas rápido del mercado... y aun precio irrisorio comparado con
estas...
A partir de ahí, sus
hermanas “menores”, las “pen” de última generación se han
ido beneficiando de estos avances vistos en la OM-D... y también de
alguno de ellos, como el estabilizador, las nuevas cámaras de
Sony... todo apunta a “yo te doy un buen sensor y tu me das el
mejor estabilizador”...
No acaban aquí las
ventajas de este sistema... como en el 4/3 el “plato fuerte” lo
brindan sus objetivos y el propio sistema en si por sus
proporciones... Objetivos de muy alta calidad óptica a un precio
sorprendentemente razonable como el 45mm f:1'8 o el 75mm f:1'8 el
cual es imposible de fabricar para ningún otro sistema... y la
compatibilidad total entre cuerpos y objetivos de otras marcas
adheridas al sistema...
16Mpx... muchos o pocos,
según se mire... para mi y para la gran mayoría de los usuarios
suficiente... para otros serán pocos (aunque hace nada los 12 de la
D700 fuesen suficientes) y para los menos, seguramente por su tipo de
trabajo serán pocos... pero para eso, si el trabajo lo requiere, ya
están otros formatos mayores... y no hablo del 35mm.
Obvio decir que para nada
me sirve el “disparo y recorto”... eso es factible en alguna
contada ocasión... pero si nos acostumbramos a eso... ¿donde queda
el fotógrafo?